Mujer que te doblegas ante la injusticia
Que a cada golpe se engranda tu alma
Que hidratas el corazón
Con lágrimas no derramadas
Que haces tú sentir mudo
Y un grito de tu esperanza
Que suspiras y clamas…
¡Por una muerte sin vida!
Por una vida… ¡muerta al alba!
Que desgarras tus deseos
Y conviertes tus heridas en solapas
Que arruinas tus menesteres
Por una vida arrendada
Por complacer al verdugo
Y ganarte media gloria…
¡Que de sobras… ya la tienes, más que ganada!
Que a cada golpe se engranda tu alma
Que hidratas el corazón
Con lágrimas no derramadas
Que haces tú sentir mudo
Y un grito de tu esperanza
Que suspiras y clamas…
¡Por una muerte sin vida!
Por una vida… ¡muerta al alba!
Que desgarras tus deseos
Y conviertes tus heridas en solapas
Que arruinas tus menesteres
Por una vida arrendada
Por complacer al verdugo
Y ganarte media gloria…
¡Que de sobras… ya la tienes, más que ganada!
Copyright© Irene llavero 2011
2 comentarios:
Mi querida Irene, muchísimas gracias por esta dedicatoria tan entrañable.
El poema es hermoso y rotundo aunque creo que te has `comido´ un "no" donde dices: "Mujer que te doblegas ante la injusticia" y es que yo NUNCA me doblegaré ante ella, por eso creo que quisiste decir "...que NO te doblegas.." ;)
El poema define la trayectoria de vida de la cuál, al leerme en mi blog, eres conocedora.
Sabes que no siento pudores de narrar directa y claramente a quienes me honren con su atención, vivencias, dolores, sentires, amores y desamores propios y ajenos, etc. En mi último relato ("RAÍDA ORFANDAD...") que tú ya leíste en mi página y donde hiciste presentación de éste poema que me dedicas, dejé patente parte de una realidad que por serlo... duele aceptar.
Tienes un alma brillante, pues otorgas sin esperar nada a cambio, simplemente: ¡TE DAS!
Un fuerte abrazo, amiga.
Geles Calderón
Hola mi querida Geles,
Tienes razón con ese… “NO”, pues ni tú… ni yo… ni muchas de las mujeres… que ya en su día se doblegaron, lo hacen ahora.
Quizás no supe expresarme, o buscar la palabra adecuada para hacerme entender.
Pero mi expresión iba, en alusión a los primeros sufrimientos que te da la vida, los que te van marcando para el resto de ella, con los que te vas doblando y curtiendo a la vez que callas porque no sabes cómo hacerles frente, o si intuyes como, no lo haces… (Por no molestar).
Hasta que un día… ya no cabe ni uno más, y dices…¡basta! y te estiras, y dejas de doblarte, y les haces frente, aunque al hacerlo… ¡MOLESTES!.
Geles a veces cuesta entenderlo, pero soy de las que creen que… ¡AL DARTE, RECIBES!
Aunque eso no signifique que lo esperes, la vida es sabia y pone a cada uno en su sitio.
Pues la verdad no tiene más… que un camino.
Un abrazo de tu admiradora y amiga.
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