Cuando me llegue la hora…
Tan solo cuando mi hora llegue
Y se cierren mis ojos
Y se nieguen a ver el día
Entonces… solo entonces
Repróchame que te haya querido
Como la raíz del árbol a la sustancia de la tierra
Como la ola se abraza a la orilla
Cuando mi cuerpo rechace la vida
Y mis dedos cuenten los días
Y abril le reclame a otoño
Las hojas caídas
Pídeme entonces cuentas… cuando ya no oiga la brisa.
Pásame factura por nombrarte tantas veces
En cada rincón de silencio que mi puño maldecía
Y recupera de mi identidad tu paz y tu sonrisa
Pero solo cuando llegue mi hora
Olvidare que te he querido
Más que el hambre de un recién nacido
Al pecho que emana salvia de vida
Tan solo entonces…tan solo entonces
Recuerda…
Echarás de menos aquel susurro quejido
De alguien que tan solo te pedía, un puñado de caricias
Y dame el beneficio de la duda
Que aun entonces… cuando ya me haya ido
Tu mirada se perderá en el horizonte
Lamentando no haber correspondido
A quien por ti daba la vida
Pero tan solo, cuando yo me haya ido…
Y el crepúsculo riegue tu horizonte
Entonces, acertaras a ver una mirada
Y en su trasparecía descubrirás… ¡Cuanto te quería!
Tan solo cuando mi hora llegue
Y se cierren mis ojos
Y se nieguen a ver el día
Entonces… solo entonces
Repróchame que te haya querido
Como la raíz del árbol a la sustancia de la tierra
Como la ola se abraza a la orilla
Cuando mi cuerpo rechace la vida
Y mis dedos cuenten los días
Y abril le reclame a otoño
Las hojas caídas
Pídeme entonces cuentas… cuando ya no oiga la brisa.
Pásame factura por nombrarte tantas veces
En cada rincón de silencio que mi puño maldecía
Y recupera de mi identidad tu paz y tu sonrisa
Pero solo cuando llegue mi hora
Olvidare que te he querido
Más que el hambre de un recién nacido
Al pecho que emana salvia de vida
Tan solo entonces…tan solo entonces
Recuerda…
Echarás de menos aquel susurro quejido
De alguien que tan solo te pedía, un puñado de caricias
Y dame el beneficio de la duda
Que aun entonces… cuando ya me haya ido
Tu mirada se perderá en el horizonte
Lamentando no haber correspondido
A quien por ti daba la vida
Pero tan solo, cuando yo me haya ido…
Y el crepúsculo riegue tu horizonte
Entonces, acertaras a ver una mirada
Y en su trasparecía descubrirás… ¡Cuanto te quería!
Copyright© Irene llavero 2011